Era una mañana resplandeciente y brillante. Como por ejemplo era una osadía. Como por aquella vez llegó el cartero con las cartas llenas de sangre. Se dedicó a ser lo que era una mañana hermosa. Y se fue la mañana y llegó el atardecer. Cuando por triunfo llegaron las cartas reales. Y no era un atentado ni mucho menos un desangramiento. Era el combate de los Huistras que habían manchado las cartas de sangre y nadie se había percatado de que la sangre había llegado a la comitiva de cartas reales. Los Huistras una tribu de indios que se dedicaba a hacer maldades, se encontraban en el pueblo escondidos.
- Autor: EMYZAG (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de septiembre de 2018 a las 00:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
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