MI OSITO AMARILLO
Corría el año 1,958. Y yo tenía apenas siete años, y mi mejor amigo era mi osito amarillo,
relleno de paja... de aquellos osos de peluche medio enjutos, con ojitos de vidrio, y triste
mirar...esos que ya no existen.
Recuerdo que yo lo abrazaba en las noches para dormir, era mi protector si alguna sombra
nocturna rondaba en la ventana; me acurrucaba en él, y eso bastaba para darme calma.
Cuando mi casa era sacudida por sismos en la madrugada, no necesitaba salir corriendo.
Mi amado compañero de peluche era suficiente para mitigar mi angustia; me abrazaba a él
con fuerza y el miedo se ahuyentaba.
Pero una tarde triste, al regresar del colegio, mi oso amarillo ya no estaba sobre mi
almohada. Le pregunté a la tía Rosa, y me dijo que mi peluche se había ido al cielo porque
estaba viejito. Entonces, desesperada hurgué por todos los rincones, ¡y cual no sería mi
sorpresa, al asomarme a la ventana! Allí abajo sobre un basurero estaba arrojado mi amado
juguete de paja. Mi llanto fue inagotable aquella tarde...Corrí a la cocina y le supliqué a la
tía Rosa que quitara la llave de la puerta, que me era necesario recoger a mi osito bien amado.
Ella me contestó que tenía órdenes de mi madre, de no dejarme recogerlo, pues ella tenía
planeado comprarme un oso nuevo y grande.
¡Qué desconsuelo! Lloré esa noche hasta quedar dormida, sentía que me habían arrancado
el alma, la vida. Pasaron los días, y una noche llegó mi mamá con un oso envuelto en
papel rosado, con listón y todo. Recuerdo que era un oso más grande y rellenito, de color
café claro, con un lazo de seda anudado en el cuello. Empecé resignada a dormir con él.
Pero ese nuevo peluche no significaba nada a mi corazón de niña dolida. Se había agotado
mi ternura. El recuerdo de aquella imagen de mi oso amarillo sobre la basura, me punzó
en el alma por mucho tiempo. Nunca más por las noches me sentí protegida y consolada.
Me faltaba mi humilde osito de paja, aquel de los ojos tristes, el que yo amaba.
Ingrid Zetterberg
De mi poemario
"Jardines de antaño"
Derechos reservados
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- Autor: Ingrid Zetterberg B. ( Offline)
- Publicado: 5 de septiembre de 2018 a las 02:24
- Comentario del autor sobre el poema: Esto me sucedió en la vida real y se quedó grabado en mi memoria....porque me hizo sufrir mucho...a los 7 años los niños le tienen apego a algún juguete, quizás a algún peluche...y este fue mi caso. Espero les guste amigos míos.
- Categoría: Triste
- Lecturas: 48
- Usuarios favoritos de este poema: María C., Paloma P.P., Claudio Batisti, David Arthur, Violeta
Comentarios6
Me conmueve mucho lo que sientes, amiga.
Tus palabras me transporta a la época de mi niñez, en la que tenía adoración por los pocos juguetes que poseía, a los cuales amaba como si fuesen de mi propia familia.
Estoy de acuerdo en lo que comenta Jorge.
Tal vez ellas lo hacían para protegerte a ti.
A toda edad después de la niñez pasada, siempre recordamos a nuestros juguetes, como una parte de la felicidad de cuando pequeños éramos...
Un abrazo, querida Ingrid.
Hugo Emilio.
Gracias querido amigo Hugo por visitar mi relato de la vida real y por dejarme tan comprensiva y bonita respuesta. Recibe mi abrazo con mi cariño.
Precioso, tierno y conmovedor poema dedicado al oso de peluche que me ha encantado leerte. Un abrazo amiga.
Gracias amiga Paloma por asomarte a mis letras y dejarme tan grata huella. Un abrazo.
Querida amiga Ingrid:
que gusto me da volver a leerte, esta vez con un tierna historia de tu infancia la que he disfrutado en su plenitud . Te envío mi sincera felicitación y mi abrazo sincero. Claudio
¡Qué lindo volver a saber de ti, amigo Claudio! ya te extrañaba...muchas gracias por visitar mis letras de la vida real y dejarme tu hermosa respuesta. Un abrazo.
Bello y sensible poema!
Saludos,
🙂
Henet...mucho gusto en conocerte....gracias por apreciar mis letras. Un saludo.
Intetesante lectura
Amiga poeta Ingrid Zetterberg B.
Muy bellas líneas llenas de ternura
Saludos ..
Gracias amigo Alex por recorrer mis letras y apreciarlas. Un saludo fraterno.
No importa a veces que algo sea viejo o dañado , lo que importa es el cariño y afecto que uno se siente por él. Muy triste que no dieron cuento lo que sentías por tu osito Ingrid.
Un abrazo en la distancia,
David
Si pues amigo...jajajajaja....ay mi osito...se me quedó grabado ese asunto...pero así es la vida. Mis hijas me han llenado de peluches, y duermo con tres ositos en mi cama ....Gracias por asomarte a mis letras. Un abrazo.
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