¿Qué es el placer sin el preciso
escándalo del corazón?
¿Sin las voces sofocadas
y el calor?
ahí está el sobrecogimiento
agazapado,
con los ojos brillantes
y los labios húmedos,
esperando la explosión,
acumulando esporas de luz,
aguardando la fecundación
del fuego dentro
de los músculos,
la eclosión de la carne
convertida en temblor;
y después,
la paz,
la laxitud de los sentidos,
como volar
sobre un espejo transparente,
escuchando a la hierva cantar.
Eduardo A. Bello Martínez
Copyright 2018
- Autor: A. Martinez ( Offline)
- Publicado: 5 de septiembre de 2018 a las 14:06
- Categoría: Amor
- Lecturas: 63
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.