UNA PESADA LOSA

alupego (Ángel L. Pérez)

 

Hundió las fibrosas manos,
en la tierra fría y recia.
El cuerpo como una hoz,
inclinándose hacia ella.
En los ojos la firmeza.
Y en los labios agrietados,
un rictus de fortaleza.

El Sol implacable pesa,
como una ciclópea piedra.
Sobre la espalda doblada,
servil a la Madre Tierra.
Adorando cada grano,
de la tierra que se agrieta.
Los brazos como sarmientos,
aleteando sobre ella.

Fatiga en el caminar,
cuando la vida se altera.
Y clavadas en la carne,
como garras de pereza.
Sonoras banalidades,
que envuelven la travesía,
con una pesada niebla.

Los ojos al horizonte,
para que nada se pierda.
Y en las manos generosas,
sin condiciones la entrega.
A la desdichada gente,
perdida entre las fronteras.
No importa doblar la espalda,
cuando la causa es sincera.
Aunque se agrieten los dedos,
que levantan las barreras.

Viaja la nube en silencio.
Mientras los vientos exploran,
cada rincón de la Tierra.
El ave cruza los cielos,
con su ágil aleteo.
El sonido se desplaza,
como un efímero aliento.
Cada latido sonoro,
pone vida en cada intento.

La Luna viste de luto,
cuando el Sol se va muriendo.
Pero su rostro de plata,
sonríe en el firmamento.
Vigilando a los mortales,
que sobreviven durmiendo.
A.L.
http://alupego.blogspot.es/2

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  • Autor: alupego (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 9 de septiembre de 2018 a las 04:46
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 27
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Comentarios +

Comentarios1

  • RobertoFerreira

    Hermoso poema cargado de sentimientos y de hambre de batalla. Me gustó muchisimo. Gracias por compartir !! Saludos



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