Trueno.
El trueno se replica sobre las crines del viento, el relámpago rompe el horizonte con su destello azul blanquizo, el relámpago rompe en dos mi mirada y en el fondo la raíz no se calcina.
En profundo estupor me sorprendo embistiendo recuerdos que no me pertenecen, en campos de luciérnagas y cigarras que en coliseos anegados compiten contra el ruidoso caer de las gotas; reconozco ecos de todos mis abuelos que ante semejante espectáculo también sucumbieron.
Mis ojos se maravillan y el corazón se agrieta con el estruendo, con el rugir del cielo que tras rauda caída golpea fulminante y totalmente a la roca y la baña en plata y luz antes de carbonizarla, yace un tronco que dilacerado queda allí abierto y sin alma. Queda ronroneando en la periferia un pulso de sonido y el perfume insólito de vapor y ozono.
Son las fauces del gran lobo azul, son siempre las armas del Dios defensor. Los truenos son poder, son tanta fuerza que se corta el viento, son siempre recuerdo sonoro de lo poco que vale ser quienes somos y esforzarnos por convencernos.
Rasgadura en el manto siempre perfecto, las cuarteaduras que exhalan luz neón en el negro espejo.
El Trueno es el bramar de los elementos y de las furias del ocaso, se une el cielo y el suelo por un solo momento y la tierra que tiembla que retumba y que vuelve a palpitar de nuevo.
- Autor: Pepe Golpe (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de septiembre de 2018 a las 21:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
Comentarios1
Enojo de Zeus.
Bello escrito.
Muchas gracias Santiago me alegra que te haya gustado.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.