La luna también aullaba

Tal vez me convertí en la luna
Que bendecía de luz, a los amantes
Mientras por dentro su alma oscura
Silenciosa, penaba soledades.
Entonces, te convertiste en ese lobo
Que lloraba mis desdichas en las noches
Y aunque brindabas amor sordo
Ilusa aún, desnudaba mi alma a voces.

Y tal vez, algún día, cambiemos los roles
Tú sentirás esta soledad cosmopolita
Y yo iré a tú búsqueda
Aullando todas las noches
Mientras camino lento
Rodeado por la brisa,
Y paradójicamente,
rodeado de tí.

pero tal vez mi voz no fue suficiente fuerte
para que tu me escucharas
te fuiste y ni volviste a voltear la cabeza
me quede llorando como la luna solitaria
que nadie la escucha
por estar tan lejos del lobo.
MARFRAM

¿No has pensado que la luna es como un biombo,
que detràs de su espejo yo me oculto?
El ¡aullido que escuchas no me pertenece,
es el eco del lobo solitario que llama
a su manada en medio de la estepa...
Desde su soledad a la mía, desde su frío al mío
buscando la caricia que no llega, porque no pudo ser el perro cariñoso que deseaba.

Y el abrigo de rebeldía buscó sangre mientras la luna iluminaba los viejos sueños que no llegarán,
Gris se convirtió el cielo, y el olvido fue el aposento del aullido furioso y doloroso de un lobo solitario sin amor que masticar, sin nada que presenciar en el bosque de destellos y ojos de escarcha.

La luna también ahullaba,
Porque entendía la soledad
Que yo sentía mientras
Gritada en tu ausencia...
La luna también cayaba
Cuando el silencio de mí
Se opedaraba lentamente...
Pensaba mirando su brillo:
Cómo haces para seguir
Brillando a pesar
De que las cosas no iban bien.
Y allí comprendí;
Que aunque duela este suceso,
Nuestro brillo debe
Por encima de todo persistir.
Aunque sea por el reflejo
De lo que toque vivir...
La luna también ahullaba
De dolor, de tristeza.
Y aunque a veces
El recuerdo duela,
Hoy ahulla mil versos
Junto al grito silencioso
De miles lobos: simples poetas...