Como el humo se diluye,
arrastrado por el viento.
Así se alejan los sueños,
convertidos en recuerdos.
Y el tiempo que los derrota,
con implacable desprecio.
Las olas se van llevando,
los anhelos mar adentro.
Mientras quedan en la orilla,
los inservibles deshechos.
Así se van reciclando,
las vidas en su trayecto.
Gritos que emulan susurros.
Voces que parecen gestos.
Palabras que sin sus letras,
meros signos inconexos.
Así el sonido del alma,
cada día queda más quedo.
Rumores de falsas notas,
en un fallido concierto.
Como la pluma navega,
entre la brisa sin rumbo.
Va zigzagueando la vida,
sumida en su desconcierto.
Mientras va girando el mundo,
en su devenir perfecto.
Al compás de los planetas,
a su ritmo cada día.
Cadente en cada segundo,
señalando cada tiempo.
Voces del sueño perdido.
Que amanecen cada día,
alterando nuestro mundo.
Ensoñaciones soñadas,
que hacen perder el sentido.
Criaturas enjauladas,
en el mundo de los sueños.
Ansiosas por escapar,
de su venático encierro.
Hiedras trepando sin freno.
Sinuosas enredaderas,
entretejiendo secretos.
En la voluptuosa selva,
de infinitos sentimientos.
Donde se fraguan las penas,
bailando entre los recuerdos.
En la frondosa espesura,
de apasionados deseos.
De las mano los placeres,
que se suceden con ellos.
Rumores que son los gritos.
Que del interior emergen,
como procelosos vientos.
Palabras que son sentencias,
como lágrimas de acero.
Susurros que son verdades,
entre los labios naciendo.
El corazón se quedó,
como campos en barbecho.
A.L.
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- Autor: alupego (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de septiembre de 2018 a las 05:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 60
- Usuarios favoritos de este poema: itxaso, Henar Tejero Pascual
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