Mientras todos dormían yo te miraba
y vigilaba tu sueño,
en el lecho compartido
Afuera la ciudad cerraba sus párpados
en la noche,
y dormían sus casas, sus calles,
los coches estacionados
y hasta los semáforos
que se habían quedado estáticos.
También dormía el silencio
y yo velaba su voz, tan silente,
y el recuerdo de la tuya
que había quedado, nerviosa,
en mis oídos.
Y aunque el tiempo también velaba,
hacía correr los segundos,
siguiendo su curso,
en ese momento de sueños y descanso,
donde cada instante que pasaba
era uno menos en la resta
para llegar al amanecer.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/08/18
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 11 de septiembre de 2018 a las 10:27
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 41
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