Y fue la noche mi amante
y la eterna compañera,
donde dejé los silencios,
polvorientos del poeta,
y me entregué con la noche
a mitigar tantas penas,
atrapando las pasiones
y olvidando las promesas,
y es que la noche tan corta
precisaba mil cautelas
para estirar los segundos
de la eterna borrachera,
borra la noche temores,
deja caricias extremas
y hasta acentúa los besos
ya que las sombras son ciegas...
"...Y fue la noche mi amante
en una cama cualquiera,
y nos amamos sin freno
para sentirnos más cerca..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/08/18
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 12 de septiembre de 2018 a las 11:42
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: yordanovalen
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