Como animal enjaulado
recorro la habitación
cuando llega la noche del hastío
y repito tu nombre,
como un susurro
para que ni los ángeles se enteren
cuanto te amo.
Lo desnudo, lo deletreo,
lo exploro urgente
cuando te deseo;
me lleno de él
cuando me vacío por dentro,
cuando tiene hambre el cuerpo.
Lo escribo en cartas,
que estrujo entre mis manos
y que luego lanzo al viento
lo declamo en versos
que le robo al tiempo
que pasa lento cuando no te tengo,
en tu nombre me sustento.
¡Oh! ¡Bendito tu nombre,
mi alimento!
-. Par
Derechos Reservados
14092018
Comentarios2
Hay autenticidad, y emotividad en tu poema Pablo .-
Un enorme placer leerte .-
Un abrazo.-
Muchisimas gracias Ana. Muy amable
Muy bueno y hermoso poema. Felicidades. Un abrazo
Muchas gracias! Es un honor!
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