Recargas tu codo sobre el escritorio,
base de hierro finamente forjado
que sostiene tu mentón rencarnado
de filósofos y pensadores antepasados.
Luego con tu mano cubres tu boca
queriendo callar un alud de molestia
o esconder una carcajada loca,
creando pensamientos de psicagogia.
¿A donde tú mente viaja cuando miras
hacia adentro, a tus entrañas?
¿Que sueños de mujer estera te llevan
cuando tu rostro se refleja en la pantalla?
Euforias de libertades de andanzas,
quizá la asida de una mano tibia
de los claroscuros de una dulce caricia
o el regreso de un pasado que extrañas.
Diagnósticos de ojos negros no delatan
incógnitas de suposiciones infinitas,
cascadas de dudas que de apoco matan
al despistado espectador que te ama.
Yadhel eres mitad misterio y sueño,
eres inalcanzable luna de Saturno
y palpable juguetona hoja de otoño
que inexorable dictas mi pensar diurno.
Estás y no estás en este mundo,
tu sombra es el oscuro de añoranza
que nace en la noche en cada esquina
restos de tu fragancia moran
en las almohadas y sábanas tibias.
Eres luz ubicua imperiosa resplandeciente
alumbrando rostros de los extraños
y al mismo tiempo mi entregada mente
que te piensa siempre imperiosa tácita
aveces en sueños, aveces en consiente.
Ahora que te encuentras distante
te regalo un poema de mi vientre,
de lo más frondoso de mi alma
para tus retinas de amor en armisticio
que te das pausa para leerlo en calma
alejada, sórdida del viaje y el bullicio.
Descansa amor mío que eres primavera,
primavera en un otoño aún no desteñido,
primavera de gente que te ama,
primavera de nuestros dulces vicios,
primavera del mundo a pesar del invierno
primavera de este loco que te extraña.
- Autor: Maximiliano Moreno ( Offline)
- Publicado: 20 de septiembre de 2018 a las 00:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 70
- Usuarios favoritos de este poema: Valentina🌻
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.