El sol me acaricia la piel,
con la sensualidad de sus dedos,
recorren mi cuerpo sus labios
en un profundo y cálido beso.
Un silencio tierno que rompe
un colibrí al cantarme al oído;
un árbol lejano que esconde
el recuerdo de amores prohibidos.
Un camino lento hacia el tiempo,
evadirme al tacto de la brisa,
al rozar mi nuca su aliento,
a los placeres de una sonrisa.
Y muere el sol tras la montaña,
calla la brisa, para su canto,
llora el árbol en la distancia,
en la añoranza del verano.
N.L.
nicolerga.blogspot.com
- Autor: NicoLerga ( Offline)
- Publicado: 20 de septiembre de 2018 a las 14:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 63
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