Al despertar te miro con ojos de topo,
somnolientos y legañosos,
y al darme la vuelta en la cama,
con un sobresalto,
en la oscuridad del cuarto
apenas hendida por cuatro rayos que rayan el alba
me topo con tus ojos que arden al rojo
perfilados por un manojo de largas pestañas,
concentrando en mis ojos su intensa mirada
con el resplandor de una llama que palpita en el fondo
y que en el círculo de mis pupilas,
como flámula tremolante,
se ve reflejada.
Y al antojo de esa vivaz llamarada
que crepita en el pecho de mi amada,
al abrazarme, no sin cierto sonrojo,
se me va pasando el inicial enojo
provocado por la luz de la alborada.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.
Comentarios2
Interesante tus "ojos de topo" y me "topo con tus ojos". Dos ojos que se "topan" en la alborada. Linda imagen, Oscar. Saludos
Bellisimo Oscar, dos ojos donde se rfleja la luz de la alborada, muy bueno, me encantó, un gusto leerte.
Saludos.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.