El Uno Para El Otro

Izandro

 

Eres como la orilla donde yace la paciente arena,

Y donde las aguas de mi océano, llegan como suave caricia,

Eres como el viento que susurra un canto lejano,

Y como la dulce melancolía, de la lluvia aparecida.

 

Es la distancia y el olvido,

Y el eco de mis voces pronunciando tu nombre,

Es la tristeza de mi Alma,

Y la congoja de mis latidos,

Cuando sentado miro al cielo, y te pienso,

Porque sé que no estás conmigo.

 

Son las horas, los días y los meses,

Y la arena reposada sobre una vieja ladera,

Es el verde pasto que sin mucha lluvia crece,

Y el guijarro que se duerme en el lecho de un viejo río.

 

Es mí acariciar en madrugada,

Los latidos dolientes de mi viejo pecho,

Y el cántico ahogado de las notas que te agradaran,

Es mi silencio y tu ansiado parlamento,

Que se pierde entre la noche y el bramar del barlovento.

 

Soy como el tibio abrazo del sol sobre tu cara,

Y eres como el húmedo recuerdo de la brisa en lontananza,

Eres la semilla virgen en la tierra no labrada,

Y soy el poco riego, que hace brotar, tu estambre dorada.

 

Eres mía, como manecilla de reloj en cuerda amada,

Como abrazo febril de luciérnaga enamorada,

Soy de ti, como rubor sobre tu piel que acaricia tu distancia,

Y también como el latir, de tu pulso frágil sobre mi cara.

 

Eres el sueño y yo tu suave almohada,

Eres el buenos días, mientras yo tu madrugada,

Y eres la oración de cada noche,

Mientras yo agradezco el nuevo día.

 

Y me pregunto…

Donde puedo hallarte ahora, o quizás hasta mañana,

Porque te extraño en mis pensamientos, y también en lontananza,

Y nadie me responde, sólo espero, sentado en la ventana,

Para alumbrarme de ti, como luz de luna clara.

 

Porque estamos hechos, el uno para el otro,

Con un principio y una historia ya marcada,

No importa cuánto tardes,

No importa si es de noche,

O aun de aurora clara, sólo importa que ya está escrito,

Unir tu vida a mí, mi dulce Amada,

O unir mi corazón a tus latidos, que se prenden de mi Alma.

 

No importa cuánto tardes,

Porque tu vida, es parte de mi Alma,

Y mis besos las caricias,

Que te acompañan en la distancia.

 

Estamos hechos el uno  para el otro…

Sin importar el tiempo… y menos la distancia.

 

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  • Autor: Alejandro Iza (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 24 de septiembre de 2018 a las 19:08
  • Comentario del autor sobre el poema: Para aquellos que están predestinados, par aquellos que están dispuestos a la paciente espera de la persona escogida, para aquellos que aún creen en que hay una persona ideal... aunque imperfecta, para aquellos que aman y se sienten amados, a pesar de la distancia, a pesar del tiempo, y a pesar del aún no hallarla... los amores que se esperan, cuando llegan, es para jamás... permitir el separarlas. Gracias por permitirme dejarles un poco de mis letras, desde este espacio tan íntimo, como son mis amadas palabras.
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 31
  • Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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