Vuelven los jornaleros de sus prisiones
En las tardes de cadáveres y nubarrones
Una sonrisa fina les alivia sus dolores
Esposas, hijos y nietos de sus amores
Alegran el horizonte tiznado del trabajo
Y por quienes ellos mueren en los tajos
Las dulces señoras les dan sus bienvenidas
Para ellos son las mitades de sus vidas
Preparan las cenas, ellas no tienen horas
El descanso no es conocido por sus ombligos
Borran con el agua caliente el sudor maloliente
Y se desprenden del cansancio cerca de su gente
Esperando la sirena de la prisión mañanera
Se duermen abrazados a sus compañeras
Y aún hay mal nacidos que dicen que no merecen
Que tengan unos años de reposo hasta sus muertes.
- Autor: S.S.M. ( Offline)
- Publicado: 27 de septiembre de 2018 a las 12:03
- Categoría: Familia
- Lecturas: 15
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