SOBREVIVIR EN UNA UNIVERSIDAD PLAGADA DE IGNORANTES

DEMÓDOCO

 

 

[Narraciones de Claustro Universitario y Extramuros Académicos]

Por Alberto JIMÉNEZ URE

En el curso de muchos años, a los sin sesos les molestó mi presencia en la Universidad de Los Andes. Nunca atrevieron sostener que soy un escritor perezoso o incapaz de ejercer, con probidad y talento, el periodismo institucional.  Su iracundia tenía motivaciones políticas: fui, soy y seré un indiscutible anti [«comunista»] «terrorista». Un día, el profesor Martin Szinetar me dijo [sarcástico] que yo era «factotum» en la institución. Creyó que me enfadaría. Había discutido conmigo porque polemicé, en el diario El Nacional, con su admirado grupo literario Tráfico [1981] Quizá tuvo razón: infinitas veces miré, escuché y callé. Ello me convirtió en «un intelectual de confianza» sin ser –rigurosamente- cómplice de actos ilícitos. Estaba adscrito a «Prensa» del Rectorado, donde cada palabra que se publicaba era examinada con lupa. Algún pendenciero burócrata podía molestarse si no mencionabas su nombre precedido de su título académico.

Yo había reseñado, en el diario Frontera de Mérida, la presentación del libro: Miedo, depresión y autoestima [que prologué], de Teódulo Escobar Pachano. Pariente del Rector en ejercicio. El acto se realizó en el Paraninfo. Sobre mi querido amigo, dije, entre otras cosas, que era una figura muy destacada en «El Clan Pachano» de la Universidad de Los Andes.

No supe cuál persona -entre tantos ignorantes que practicaban la intriga de palacete- dijo al Rector Felipe Pachano Rivera [con quien todavía mantengo excelente trato] que lo había ofendido junto a su grupo familiar al afirmar que Teódulo formaba parte de «El Clan Pachano». Me citó a su despacho, compungido y con el ejemplar del periódico en la mano:

-Me han sugerido que te amoneste, Albert, por haberme ofendido –afirmó-. ¿Por qué «El Clan Pachano»?

-También existe un «Clan Ure», Rector –me defendí, sentándome frente a él-. ¿Qué sucede con esa aseveración? ¿Te parece ofensiva?

Antes de acudir a su despacho, yo me había informado sobre los motivos por los que la autoridad académica quería conversar conmigo. Me llevé la última edición del Diccionario de la Real Academia Española [DRAE] y la puse, abierta, en la página donde aparecía el vocablo «clan». Antes que el Rector prosiguiera, de súbito apareció su tío y autor homenajeado la noche anterior en el Paraninfo:

-Me enteré que te han pedido sustanciar un expediente contra Jiménez Ure, sobrino –sentenció, acomodándose en otra butaca-. ¡Qué ridículo! ¡Sí somos un «clan», Felipe: el texto de Albert es magnífico!

(https://issuu.com/albertojimenezure/docs/sobre_miedo__depresi__n_y_autoestim)

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Comentarios2

  • Ana Maria Germanas

    Buceando en tus memorias, nos haces participes absortos, en tus multiples experiencias...
    Y realmente, me entusiasma leerte .-
    En los claustros academicos...suelen haber en ocasiones , "reuniones de comadres", donde los celos, juegan contra la verdadera esencia que supone tener la maestria .-
    Un gran placer leerte .
    Un abrazo.-

    • DEMÓDOCO

      Cierto, Ana María.

    • Jose Adolfo

      Poeta _ otro tanto vivi en algunos momentos o casi siempre esa motivante experiencia en la UDO por ser contestario, irreverente, cabeza caliente, adjetivos que aún llevo con y llevaré con honor ante la ignominia ¨académica¨ Casi ninguna universidad ha respetado la autenticidad de sus pensantes contrarios a la lógica cuarterlaria que les ha caracterizado, unas ex profesas , otras por ignorancia político ideológicas.

      Sobrevivir en ellas es una verdadera lección de dignidad - Nada ni nadie nos quitará lo ¨bailao¨ poeta - Fuiste y eres un referente ante el pensamiento único que reinaba y reina en algunas estafas de esas casas atragantadas de ignorantes

      • DEMÓDOCO

        ¡Exhibes el título de poeta con indiscutible dignidad, amigo José Adolfo!

        • Jose Adolfo

          Gracias hermano



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