Alguna vez que otra, logras que la noche amanezca
sentada en la ventana de tus ojos...
Esto suele ocurrir, cuando el mar suspira por ese
aroma venido de levante, impregnado de azahar.
Somos muchos, los que sabemos que el tiempo está
tasado, y que el vacío que se instala en nuestro ser,
en ocasiones, es un espejismo que nos indica su deseo
de escapar de aquello, que se había acurrucado en
nuestro interior más recóndito.
Al despertar el día, el sol nos calienta y alumbra
nuestro caminar, al igual que no ceso en llegar a
conocer, el lenguaje de las graciosas ardillas...
Con este comentario, conseguí apreciar una ligera
sonrisa, acompañada de una mueca mitad de placer
y mitad de angustia, ¡creo que la mezcolanza estaba
equilibrada!!.
Comentarios2
Me encanta el contenido de tus letras y la genial manera que tienes de escribirlas, estimado poeta y amigo Emiliodom
Un placer haber leído tu poema.
Saludos de amistad.
El Hombre de la Rosa
Muchas gracias amigo por tu comentario. Es un placer contar con tu presencia en mis letras
Un saludo cordial
Bellos versos has conseguido. Cuánta satisfacción da una sonrisa.
Un abrazo
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