Quizá un martilleo, quizá muchedumbre,
miles de voces se alzan, empalman,
golpean este frágil vientre.
Comienzo a ver en blanco,
comienzo a oir la nada,
mis afluentes se distorsionan
a medida que mi lecho corroído
apesta a estiércol.
Emana una temperatura extrema,
soy de fuego, soy de venas,
mi cerebro conspira, se calcina,
no puedo creerlo, sigo vivo.
Sufro esta fiebre de horrores,
estas horas extremas de intenso dolor.
Voces alternan, entre mi conciencia y mi yo interior,
escucho diez personas discutiendo
una y otra vez dentro de mi cabeza,
y ninguna tiene razón, ninguna concreta algo.
Todas acusan como en la vida real,
todas son tan altas, tan fuertes,
que me asusto hasta morir y me gusta.
Mi cuerpo no es mío, es de las sábanas,
me fundo a ellas en forma de transpiración,
me encuentro fundido a la realidad fuera de mi,
mientras vuelo en un espacio profundo y vasto, muy vasto,
pero no me detengo, no paro de dar vueltas infinitas
a velocidades que harian marear a más de uno.
Esta fiebre es eterna, es castigadora,
es mortal y es hermosa,
nunca habia sentido así,
siento dolores que nunca creí que sentiría.
Diablos corroen mi piel, me marcan con largas uñas,
empiezan con mis piernas y absorben todo
hasta llegar a mis pestañas,
siento sus risas, sus gritos de ultratumba,
sus rezos de almas perdidas,
estan buscando apoderarse de mi corazón.
Corren diablos corren,
galopan vibrantes demonios
por toda mi piel, por todo mi espectro,
mi mente se llena de criaturas horribles,
de gigantes cayéndose.
Mis piernas las siento llenas de agua hirviendo,
mi piel es una bolsa llena de ácido
que amenaza con explotar de un momento a otro,
no paro de moverlas como queriendo sentir que estoy vivo,
y como queriendo parar ya todo este dolor.
Esta fiebre me aniquila, me enferma,
esta levitación eterna
sobre mi colchón, sobre mis cubrecamas.
Dudosas pastillas, dudosos brebajes nada logran, no sirven,
como si sus creadores humanos fueran bebés de pecho
ante la astucia y perseverancia de tamaños demonios,
diablos acosando mi interior, mi entereza, mi vientre.
Ya no puedo asombrarme, ya quiero ser yo devuelta,
quiero respirar por la nariz
y dejar de sentir ese enorme dolor de cabeza y de ojos
que me agobia como nunca.
Sin embargo todo ese amor está ahí, lo ocupa todo,
puedo sentirlo a pesar de esta muralla de muerte y desazón,
este amor, su calor es tan infinito
que ni la más potente de las gripes podría siquiera nublarlo.
Esta ahí, me coloca toallas tan frías y humedas en la frente,
me entrega al sueño, trata de dormir conmigo,
me acompaña, siento que lucha conmigo.
Este amor que vence atrocidades gigantes,
que a fuerza de escudo y espada
me cobija bajo su ala de millones de plumas,
todas tan blancas como cientos de primaveras juntas.
Me mima este amor, me consiente,
este amor me conlleva, se siente divino,
este amor rivaliza con DIOS.
Todo este amor es tan pero tan grande,
tan pero tan magnánimo,
y solo es producto de esa persona,
ese corazón, infinitamente muchísimo mas grande
que todo el amor que me dá.
Ella es inmensa como el universo entero y más,
es de todos los colores y formas existentes,
esta hecha de todo lo conocido,
pero tan ordenado, tan dulce, delicado y tierno...
- Autor: Nik Corvus Corone Cornix ( Offline)
- Publicado: 21 de junio de 2010 a las 17:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 62
Comentarios2
Nick me gustó mucho tu poema de amor y me quedo con este final feliz:
"Ella es inmensa como el universo entero y más,
es de todos los colores y formas existentes,
esta hecha de todo lo conocido,
pero tan ordenado, tan dulce, delicado y tierno".
Felicidades.
luis.
ah como se extraña esa inmensidad!! un abrazo Luis!
Este poema refleja una enfermedad que te ataca y solo ves en la persona que te cuida que es la que es capaz de sentirla mientras estas en todo este proceso de curación de tu cuerpo y ella es para ti unica persona casi perfecta, te admiro, lo lei de principio a fin y me llamo la curiosidad, un abrazo amigo
Buenisimo! Aun en la enfermedad hay cosas que importan y al final de todo nos hacen saber lo que valemos para nuestros seres queridos, un abrazo!
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