Había una casa llena de telarañas. Allí vivía Holth, un vampiro fantasma. En la casa llega a visitar un viejo amigo de él. El amigo se convierte en víctima. Holth se atraviesa por delante de él en busca de eso sangre viva que lo mantenga con vida. Holth es un vampiro diestro, pero muy incapaz de sobrevivir solo. Éste amigo, no sabe que él es un vampiro. Entonces, lo que hace es que lo lleva y le muestra, otra vez, su hogar. Entonces, lo que hace es poner sus dientes afilados sobre el cuello del amigo. Pero, éste le dice:
-“Yo no sé, cómo te atreves a ser tan cínico”-,
Y el vampiro, muerto de miedo le contesta:
-“Yo no sé cómo te atreves a venir, otra vez, aquí”-,
Y el amigo le dice:
-“Yo no sé, pero, tú yá no tienes dientes”-.
Y el vampiro le responde:
-“Yo no sé tú, pero es eso lo que busco yo”.
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