Esa madrugada en concreto, el cielo mostró su color
azul, a la espera de la llegada del alba con placidez...
La playa-es lamentable- sigue acumulando cemento de
lujo, donde rompen las olas, intentando reciclar el color
marrón y el verde esperanza, con la finalidad de ofrecer,
alguna que otra sonrisa oculta en los rincones, donde
los políticos, suelen jugar a ser equilibristas mentirosos.
Acepto que he convertido las angustias, en una especie
de canto clandestino.
Entiendo y comprendo, que la vida se me va en pronunciar
discursos, pero la verdad, es que de poco me ha servido.
Comentarios1
Precioso, sentimientos de amistad
Un abrazo
Muchas gracias Agora
Un saludo cordial
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