Para que tú existieras
tuvo que recordar mi cuerpo
de dónde vino y quién era.
Tuve que fecundar en mí
un legado de madres,
hundir corazón y raíces
en humus ancestrales
y reinventar la vida
que fuimos a entregarte.
Y ahora que ya eres tú,
depositaria de herencias,
tierno eslabón en la cadena
a quien yo di la luz,
ahora eres tú quien alumbra,
dentro y fuera de ti,
promesas de presentes
e historias por venir.
Tal como existes ahora
ya puedes vivir sin mí,
garante de la memoria.
- Autor: TRINIDAD PINAZO ( Offline)
- Publicado: 14 de octubre de 2018 a las 11:12
- Categoría: Familia
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Ana Maria Germanas, Lualpri
Comentarios2
Bellisimo Trinidad, tu hijo, sera tu testigo, esa siembra, que fructifico ...
Me encanto leerte.-
Un muy cariñoso saludo.-
Muchísimas gracias, Ana María.
Qué gusto, leer tu comentario.
Un abrazo
una herramienta para la eternidad
es la procreación,
acompañada de la formación
Una herramienta para la felicidad
venir a leerte
Pues qué satisfacción y que alegría me produce saberme herramienta para fabricar un poquito de felicidad.
MIl gracias por esas bellas palabras.
Un saludo fraternal
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