En el ojo del marciano

Brilla más el oro que los ojos en un camino donde el patrón prohíbe sonreír y las tribus no quieren seguir,

Sonrisas hipócritas,

Que vana es la caricia de las hojas en el pecho de los manglares,

Se siente el lamento de los guaduales en el ojo del marciano,

Y es notorio el sollozo cuando las olas de las montañas se inundan de frutos colorados, de punticos de vida y morder una manzana es bañarse en besos tóxicos,

Así como besar las mejillas empapadas de obstáculos que parece un muro arenoso, y se siente el calor en los abrazos pero por pieles de otros cuerpos,

Todo con tal de explotar una frontera para poder soñar así no se pueda volar.

Estuche de brazos lleno de relojes, de fachadas para los labios, de colores para las palabras, de vibraciones programadas y miradas recónditas desperdiciadas en una mochila mal intencionada,

Tierra de colonizados…

Donde la razón se convirtió en un papel, literalmente un papel privilegiado, diseñado para dominar las aves que se acomodan en las ventanas de los árboles de concreto,

Y el arcoíris, aun siendo autóctono sonríe y parece un mugre en el ojo del marciano.  

Hperafan.