Tras el ramaje de tu sonrisa
todos los silencios se conmueven,
como si la forma de tu boca
fuera impía ante las soledades,
empujando animales mentales
tras aquel ecosistema utópico:
tu rostro inevitable como la muerte.
Resplandece en tu universo,
sobre cada espejo que fundes
con trozos de tus ojos ruidosos,
desatados como tormenta eterna,
caen a este pequeño mundo como
fragmentos de música milagrosa.
Aferrado a tus pupilas,
el viento de tus parpados
se vuelve un remolino,
se vuelve un maremoto
se vuelve un terremoto,
se vuelve un incendio
se vuelve un parpadeo
me vuelve a ti una y otra vez.
Mirarte para contemplarte,
desde una piedra
en mi caverna cotidiana,
en el evento del abrir de tus ojos
y estirar tu mirada
hasta mi horizonte más incrédulo.
Amo tus ojos de mujer despierta,
de mujer dulce
de mujer eterna
de mujer indomable,
de mujer inalcanzable
de mujer con tu nombre y tu apellido.
Amo esos ojos de niña que ríe
bajo la noche de estrellas color tus ojos.
Tus ojos pintan mi mundo
en lo absurdo del amor desencadenado.
Tus ojos no miran,
corrompen,
amablemente usurpan
mis tardes, mis noches
y mis mañanas simples.
Las costumbres de tus ojos
no son culpa tuya,
son culpa mía,
pero yo los guardo
yo los cuido,
y los miraré
hasta que mis ojos
sean los tuyos.
- Autor: Jordan Sanchez ( Offline)
- Publicado: 21 de octubre de 2018 a las 00:07
- Categoría: Amor
- Lecturas: 69
Comentarios1
Hermosa letras, ese mirar los haces tuyo en tu interior: saludos
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.