Un día como cualquier otro, me desperté.
Mire al techo y comprendí que nada me hacia feliz.
Pense que nunca podría volver a sonreír.
Todo me resultaba sencillo y aburrido.
Y lloré de impotencia al darme cuenta
de lo ciego que estabamos todos por acá y por allá.
Y de repente apereciste vos.
Y supe que ya nada seria igual, no.
Ya nada triste ni amargo habitaba en mi.
Y corrimos como escapandonos.
Y corrimos dejandolo todo atras.
Porque nada de lo que habiamos dejado.
Era mas importante y maravilloso.
Que lo que queriamos para nosotros dos.
Porque nada ha de ser mas importante y maravilloso.
Que la libertad y el amor.
- Autor: Ezequiel Gonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de octubre de 2018 a las 20:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
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