Quizá las aguas subterráneas
del cauce seco, alimenten
las cañas y los árboles
sin pedigrí que humanizan
y nos alivian de un estío
tórrido que dejará malas
memorias de muertes lejanas y
guerras en cercanas carreteras.
Hay casas donde se disparan
odios larvádos que eclosiónan
con el calor inclemente.
Ahí siguen los árboles, los
cañaverales y las adélfas
arraigados a la memoria
siempre fresca de mi río,
y de reduerdos veraniegos
con el único sonido
del tableteo de cigüeñas
durante las horas largas de
la siesta.
- Autor: argantonio ( Offline)
- Publicado: 23 de octubre de 2018 a las 14:58
- Comentario del autor sobre el poema: Yo ya no salgo a pasear por los campos regados de mi río, pero gracias a la memoria reverbero aquellos días cuando soñaba con los destinos que adonde mi río me llevaba.
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: Diego Nicolás García Contreras
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