¡Qué amargo es el dolor, si lo causa la muerte...!
Y se lleva a los seres, aquellos que se aman.
¡Qué difícil pensar cómo cambia la suerte…!
Al sufrir las demandas, que las parcas reclaman.
¡Qué dolor que sentimos al sufrir los zarpazos…!
De la parca, que cruel, su guadaña maneja,
y en hiriendo de muerte ella deja en tus brazos,
la mujer que has amado y agonizante deja.
Y sentir el dolor de saber que has perdido,
aquello que fue amor, ese amor verdadero,
y de pronto tú pierdes la que siempre has querido.
¡Ay, cómo sonreír...! ¡Si de pena yo muero…!
Se marchó para siempre, la que yo más quería,
y con ella perdí lo que tanto yo amaba.
Hoy sumido en la pena, por aquella que un día,
entre risas y cantos al altar yo llevaba.
Cuatro hijos que me dio, hoy me alivian las penas,
y el tiempo ya transcurre en feliz compañía.
Son sangre de mi sangre, que corre por sus venas,
y unidos compartimos, la pena y la alegría...
©Roberto Santamaría
Agosto 17/2018
- Autor: Roberto Santamaría (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de octubre de 2018 a las 16:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: QUINSONNAS, Amalia Lateano
Comentarios3
Un beso y abrazo merecido a tu SONETO tan maravilloso
Amalia
Hermoso trabajo. Saludos
Amor, dolor, dos fuerzas poéticas.
Un afectuoso abrazo poeta
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