Desalados mis mares; desenrollados tus cielos
en la quietud desesperada.
Dos abismos al alcance
de un paso extendido
hasta el último polvo del Cosmos.
Besas y temo. Gritas, y muero.
Tu caricia es tela de ira.
... Fino el corte de tu pacífico llanto. Acerquémonos para apagar las luces.
Surquemos en calandria
los lagos del deseo o de la rabia,
presos y dolidos los huesos.
Removamos nuestros restos
enredados tras el Livor Mortis.
No habrá centinela interruptor
ni serafín que reproche.
Demos sitio a la ausencia de espacio
en la colisión de las elipses...
Cien millones de veces, crecidos y luminosos.
Vuelves a enrollar tus cielos.
Vuelvo a salar mis mares.
Polvo colapsado en sus remanentes.
Mil respiraciones.
Se escucha la Luz...
la Noche...........
Nada.
Yamel Murillo
Mutual instauración©
D.R. 2017
- Autor: Yamel Murillo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de octubre de 2018 a las 02:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: larisadelesqueleto, Yamel Murillo, JR Ortiz
Comentarios2
Muy bueno.
Un saludo
Gracias por acompañarme! Saludos
...y así, creciente duerme el anhelo.
Hambriento sucumbe el tiempo...
Cuando la pena quema,
el densímetro del pecho sabe
de la carencia de sal en los mares...
Esos los tuyos, desalados un instante.
Y aquellos, los míos
elevados por dolor gritante.
Tu ola ha vuelto a rodear la costa y la Luna te besa esta noche anticipada...
Despertar a tu llamado es volver a mar abierto
Nunca tan alta la marea de mis besos...
Si al refugio de las rocas, tu costa duerme.
Y si el destino del quiebre de mi oleaje
a tu playa vuelve,
granos de arena fina
a tu piel le pedirán quererme.
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