Busqué una musa en el cielo
y me encontré a las estrellas
que asomaban en la noche
con su luz como linternas,
y no me pude escapar
y proseguí tras sus huellas
y ese velo de las sombras
que rasgaba con sus velas;
en un momento, un suspiro,
rompió, tal vez, las tinieblas
y pude ver débilmente
una figura inconcreta,
era la musa del sueño,
que en la playa era princesa,
y en el campo Dulcinea
con delirios de sirena...
Busqué a la luna en el cielo
y no supe entretenerla,
y tomarla como musa
y fijarla en un poema,
y lloré, como los niños,
cuando tienen la rabieta,
sin saber que musa y luna
compartían ya la mesa,
y el banquete comenzaba
y hasta el baile con la orquesta,
desgranaba melodías
con sonrisas casi eternas,
entonces cesó aquel llanto
y acabó la pataleta
cuando la luna, ya musa,
palpitaba por mis venas...
"...Busqué una musa sin nombre,
y la luna salió presta,
a reclamar ese premio
que hace tiempo yo le diera..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/10/18
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 31 de octubre de 2018 a las 06:01
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Estanislao Jano, Nacho Rey, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios3
Hermoso !
Gracias Lualpri.
Un saludo.
Lo mismo para ti.
Muy bien tocayo (de apellido).
Me gustó ché
Gracias Hugo.
Un saludo.
Que belleza, saludos.
Gracias Juan
Saludos.
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