Hoy escuché tu vida,
eran pálpitos a un son
que como raudos truenos,
retumbaban en mi corazón.
Hoy que nostálgicamente llovía
para mi salía el sol,
y hasta creía escucharte
pedirme una canción...
Hoy un garabato en papel
me daban tu señal,
más no la necesito
pues siento tu respirar.
Hija mía, mi vida,
no corras por llegar
se paciente y duerme...
Que aquí te espera papá.
Yo, pues ya no tengo vida,
ni conquistas ni palabra;
Yo ya no tengo noches,
tampoco tengo ya mirada.
Tú, serás mi mundo;
tú, serás mi garganta;
tu amor la luz más clara
y mis ojos velarán tu jornada.
Hoy, te vi sin verte,
dormías sobre sábanas
que te arropaban cálidamente
entre paredes humanas.
Hija mía, mi vida,
sueño con tu llegada,
incólume tu piel
es hoy mi esperanza,
tu llanto mi melodía
y tu risa mi calma.
Abre la puerta
cuando quieras, tesoro,
que sólo tú tienes las llaves,
¡déjame! que yo te arropo,
mis brazos serán el nido
que acunarán tu reposo.
- Autor: poetalibre ( Offline)
- Publicado: 31 de octubre de 2018 a las 19:58
- Comentario del autor sobre el poema: Dedicado a ese ser que llenará la vida de mi amigo José.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 38
- Usuarios favoritos de este poema: Felix Olivares, Fercho Aguilar
Comentarios3
Que bella espera y que bendicion!! muchas felicidades!
Un abrazo a ambos...
Muchas gracias Félix...
Recibe un fuerte abrazo!
Bello poema para tu hija, saludos.
Gracias!!!
Recibe un saludo..
Wow cuanta ternura en ésos versos, cuanto a,or puede un padre derramar por sus adorados vástagos.
Cuantoa anhelos parala felicidad de quien viene de nuestras entrañas.
Sencillamente hermoso Gracias por compartirlo.
Con gran aprecio
JAVIER
Muchas gracias estimado compañero de letras javier!!
Un abrazo!
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