Sentí tu aliento en aquellas letras
que me dejaste en el cuaderno.
Fueron un bálsamo,
quizás una ventana abierta,
por donde pude dejar volar mis sueños…
Y soñé y viví, (o eso creí entonces),
hasta compartí mi vida y sentimientos contigo
en un cruce añorado y estimulado
por tus palabras.
Pero un día, meses después,
fue tu palabra, precisamente,
la que me hizo despertar en una nueva realidad.
Negaste tu sentimiento, negaste que me querías
y que, incluso, nunca me lo habías expresado
de esa manera
Quise mirarte a los ojos, pero no pude.
Ya no estabas a mi lado.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/10/18
Comentarios1
*LA MIRADA QUE NO ES MÍA...
Quise encontrarme en tus ojos
pero estaban muy distantes,
y sólo hallé los despojos
de un ayer al cual mataste !
Tu mirada no podía
dirijirse a mi, de frente,
tus párpados se caían...
todo era diferente !
Tus labios como sellados.
Ya nada de ellos salía,
y sin preguntas... callado,
comprendí qué sucedía !
Sonreí dándote un beso
sutilmente en la mejilla.
Suerte ! te dije, y espero...
para tí, toda la dicha !
Se feliz... no te detengas,
ante aquel, nuestro pasado.
Vive todo lo que sientas,
sin mirar lo que has dejado !
Porque la vida es fugáz !
Porque el ayer ya no existe !
Porque el futuro es yá
y analizarlo es muy triste !
Una última mirada
hacia la suya brindé,
y noté que allí asomaba
un lágrima y marché !
Luis A. Prieto
22 de junio de 2006
Precioso este romance que me dejas con tus versos y que viene como "anillo al dedo" a las letras de mi escrito.
Gracias Luis. A. Prieto. Un saludo.
Gracias.
Por lo mismo es que te lo he dejado.
Saludos
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