No había relojes, no eran necesarios, nos acostábamos
casi a la misma hora que los pájaros, a veces nos
despertábamos antes que ellos, dependía de la distancia
que hubiera con el tractor hasta el tajo, los niños habían
tomado algo de leche o café para calentar el estómago, hacía
un frío duro que quemaba, deseábamos empezar
la faena para desentumecérnos, algunos hombres se
habían tomado una copa de aguardiente y el vaho
se repartía`por la caja del tractor, el vaho se confundía
con la niebla de la mañana y el humo de algún cigarro
acompañado de alguna tos que no desaparecía
hasta que el primer sol fundiera la escarcha, solo se
oían los golpes del vareo, y algunos gritos monosílabos
hasta que al medio día, cuando los callos ya no dolían
se oían las primeras risas y alguna copla deseando
escapar del pecho nos alegraba bajo el amplio techo
de los olivos.
- Autor: argantonio ( Offline)
- Publicado: 4 de noviembre de 2018 a las 13:01
- Comentario del autor sobre el poema: Algunas infancias aunque parezcan duras por sus condiciones de vida, no dejan de ser felices, la ilusión del niño puede con todo, son millones de ejemplos los que se ven a diario por toda la tierra, viva siempre la única y feliz infancia.
- Categoría: Infantil
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: Ana Maria Germanas
Comentarios4
Indudablemente...cada adulto tiene sus experiencias felices o infelices, agendados en su infancia.-
Maravillosamente relatada esta vivencia, que nos compartes.-
Un placer leerte.
Un afectuoso saludo.-
Yamila,,si yo hubiera sido un niño acostumbrado a la vida cómoda no habría podido sobrevivir a las durezas que me esperaban, imagínate empezar a trabajar con doce años sin dejar de estudiar por la noche. Como tu bien dices la fuerza del niño amado puede con todo, un fuerte abrazo
Ana Maria Germanas , entre los diversos oficios que ejercí, fui herrero pero como no estaba conforme seguí estudiando de noche , hice el servicio militar en la Armada y cometí el error de decir la verdad cuando me preguntaron cual era mi profesión, por haber dicho que era herrero me mandaron a las calderas de calefacción central, era un enorme problema yo había conseguido el traslado de Sevilla a Madrid para examinarme para guía nacional de turismo, no te quiero marear, lo cierto es que aprobé y fui intérprete en la primera maniobra Hispano Americana un simulacro de desembarco cerca de Sevilla en Mazagon, en fin una historia interminable que fue posible gracias a que nunca dejé de ser niño.Recibe un fuerte abrazo, hasta pronto
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