¡Adiós, Hija!, ¡Cuídala!,
¡Chao, Hermanita!
La guitarra, la mariposa que se aleja,
la sombra tras la puerta,
cada instante se agota entre los árboles enloquecidos,
el canto nublado de cada hasta luego,
negación en cada gesto inolvidable,
¡Bendición, Mamá!
¡Dios te bendiga, Hija de mi alma!
- Autor: Gerardo Barbera (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de noviembre de 2018 a las 09:18
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.