Ayer, sin sentido observe mi vida.
Caminaba con rumbo sin nombre.
Simulaba saber de "todo". Y que "todo";
sabía muy poco de mí .
Ayer, el equilibrio era nulo.
Reposaba la conciencia en alguna otra parte. Cualquiera. Menos en mi presente y mi sino...
Tocaba las puertas del infierno.
O del cielo. No lo sé.
Ayer, escupía escarnios a palabras de amor.
Lisonjas , a quien de realidad y obviedad estúpida,
llenaba sus líneas.
Días grises. Noches negras.
Sonrisas, por demás discretas.
Lágrimas. Lágrimas guardadas en
el pecho...
Ese.
que del alma parece techo.
Regocijada la pena,
borraba mi nombre en la arena.
Y amorfo el camino,
burlón contemplaba...
mi lobo-destino...
Ayer, tu silencio de entonces,
me agotaba el sentido.
Tu "afuera de mí" tenía por entendido,
romper mi "adentro"...
Tocaba las puertas del infierno.
O del cielo. No lo sé.
Hoy...
Solo yo. Mi soledad...
Solo tú. Tu llegada. Tu presencia...
Mi sombra y tu reflejo...
Conócen pues...
la diferencia.
Ramón Ortiz.
Abr//2018
Comentarios1
Precioso. Gracias por compartirlo.
Gracias a usted. Por leer y comentar tan amablemente.
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