La luna no busca impresionar
tan solo verle imponer
sus pronunciantes mares
y solo oír crujir a los océanos
sabemos que a lo lejos
se encuentra mirándonos.
Y mientras intentando estoy
escribirle a la luna no puedo
no tiene mi atención.
Al otro lado del lago
cae una lluvia obligada
por los feroces, temibles,
implacables truenos.
Vienen y se aproximan
como si fueran
deshojando el cielo.
Sin inmutarse.
Y mientras intentando estoy
escribirle a la tormenta no puedo
no me apetece, quizá después.
Estando ya en el otro lado del lago
corrí en dirección al árbol
más grande que pude encontrar
y me cubrí debajo de aquel.
Algo tenía que decir
algo había que mostrar
algo necesitaba supieran.
Y es que mientras
intentando escribiendo estaba
me vino al pensamiento,
corazón, alma, mente, no lo sé.
Les cuento, decía más
o menos así:
Bella mujer, silueta de aire
labios de agua sensible
labios de fuego ardiente
yo no sé.
Al convocar una sonrisa
la luna mueve los mares
los rayos tiemblan
la lluvia se esparce
en jardines de rosas
que dicen tu nombre.
Yo no sé.
Mejor no sonrías tanto
o no me veas, y si te veo
!Cuánta locura puede haber!
Mejor olvídalo.
No me escuches,
y cuando te escuche no rías,
y cuando te mire no lo hagas.
No digas nada.
!Y no se te ocurra tocarme!
- Autor: Jesus A. Cruz ( Offline)
- Publicado: 6 de noviembre de 2018 a las 02:28
- Categoría: Amor
- Lecturas: 27
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