Me habló tu puerta al pasar
y me dijo que no estabas,
que marchabas por el mundo
a disfrutar la jornada,
y yo, con pena, seguí,
con la mochila en la espalda,
sudoroso y muy cansado,
caminando hacia la nada,
y mis brillantes pupilas
desgranaron unas lágrimas,
unas gotas del rocío
y de lluvia con legañas,
y no las quise quitar,
las dejé que me bajaran,
que besaran mis mejillas
temblorosas y muy pálidas...
Me habló una rosa al pasar
y me pidió que esperara,
que no marchara sin ella
porque la brisa se apaga,
y yo, sin prisa, tomé
a la rosa que así hablaba
y me clavé con su espino
sin darme cuenta de nada,
la sangre brotó con fuerza
por la vena desgarrada
y yo no pude seguir
pues la visión se borraba,
entonces besé los pétalos
de la rosa tan sagrada
y la dejé que se fuera
con la brisa hasta tu cara...
"...Me habló la luna en el cielo,
me preguntó qué pasaba,
y yo la dije que un niño
recuperaba su infancia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/10/18
Comentarios1
Muy lindo.
Abrazo
Gracias Lualpri.
Un abrazo.
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