Ligera bruma que abruma.
Tibia brisa que te avisa.
Cálido aliento que alienta.
Suspiro tierno que aspira
En los labios el enojo,
que enajena como un soplo,
de textura de tiniebla.
Verde voz que no madura,
entre las brasas de gozo.
La duermevela despierta,
con la sonrisa aterida.
Los labios en cruz sin voz,
pidiendo ver la cordura.
En una mueca siniestra.
El vello erizado queda,
como espinas que atraviesan.
Bellas rosas que laceran,
a pesar de su belleza.
La voz como una cuchilla.
El viento a tornado a nube.
La nube cambia a llovizna.
La llovizna en chaparrón,
pero la hoguera se aviva.
Llagas en el corazón.
Sabios de sangre cubiertos.
De las arterias que abrasan,
sus magníficos cerebros.
Blasones de barro negro,
de perfumes recubiertos.
Colgada del pensamiento,
vibra la nota perdida,
que se escapa del concierto.
De la más profunda sima,
de los amores desiertos.
Y en la noche de los tiempos,
cuando de las tumbas salgan,
los arruinados recuerdos.
Remozarán el presente,
con los amores auténticos.
Voz que arrulla las entrañas,
con los apacibles versos.
Dame un poco de calor,
que se me parten los huesos.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
Comentarios3
Simplemente...hermoso !
Gracias.
Gracias, Lualpri
Un afectuoso saludo
Lo retribuyo.
Gracias a tod@s.
Cordiales saludos
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.