En algún momento de mi vida fui feliz, trato de buscar en los lugares mas recónditos de mi alma aquel rebosar que me invadía con tanta intensidad, tan viva como las notas de un acordeón, como el amor autentico o el amor consciente, que no busca su media naranja, se discierne así mismo como una naranja entera capaz de ofrecerse en plenitud y armonía. Esa felicidad tan verdadera que se genera en el templo interior de uno y se sostiene como un estado general hacia la vida; nacer, crecer, reproducirse y morir.
Quisiera sentir esa llama otra vez, volver a renacer y no tirar mi felicidad al infrámundo frió, sombrío y tenebroso. Aun recuerdo aquellas cosechas que con tanto amor se marchitaron. Mis campos florecidos solo los podía percibir yo y nadie mas. El aroma de sus primaveras me invitaban a ser yo otra vez, a explorar, aventurar, a soñar y a creer. Ahora tan solo es tierra sin vida que necesita agua para purificar el corazón.
Veo el amanecer, un paisaje tan hermoso y desconocido que mi ser se enamoro a primera vista, sin dudarlo. la llegada nunca fue esperada ya que en mi vida solo me visitaba un cielo gris y a veces me acompañaba en mis llantos. invitándome a que lo siga logre comprender que este no era mi lugar, la felicidad había emigrado con el canto de las golondrinas. Ya me había quedado aquí por mucho tiempo. Ahora emprendo un viaje lleno de expectativas y con mas ganas de vivir y aventurar. Nosé que podré encontrar en el camino, solo se, que pase lo que pase, no dejaré que mi felicidad se pierda otra vez.
- Autor: Le Manue (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de noviembre de 2018 a las 18:49
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 38
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.