Ella nació con la primera flor
Que brotó en la primavera
Su alimento fue la luz del Sol.
Su hogar el campo y los jardínes.
Su sonrisa fue la vida misma.
Al verla brotaron las ilusiones
Y se rodeó de esperanzas.
Paseo por los caminos verdes.
Vivió libre, corriendo
Como un río incontenible
Como el viento insostenible
Respirando los aromas
De la vida libre.
De la vida sin amarres.
De la vida sin conjuros.
Fue la Dama del Tiempo.
Vivió la mística del reloj sin control,
Arrojando la arena
En las orillas del mar.
Su vida flotaba sobre las olas.
Llevó el florecimiento a las pampas.
Bajo el sol ardiente del desierto.
Dormía en las tristes y heladas
Altas montañas que florecieron
Llenas de misteriosas leyendas.
Soñaba con niños pequeños sin padres,
Que corrían sobre la Vía Láctea
Y ángeles que asomaban
Sobre su ventana.
Su vida fue una sonrisa
Sin sombras ocultas.
Una sonrisa llena de misterios
Que pendían desde lo alto
Del espíritu mayor.
Hasta que un día
Se apagó su luz
Se oscurecieron sus sueños
Y sus palabras se enredaron
En marañas interminables.
Y poco a poco
y tristemente y lentamente
Fue llegando el sueño
Acompañando al invierno.
Autor: Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú.
Derechos Reservados.
- Autor: Antonio Encinas Carranza ( Offline)
- Publicado: 27 de noviembre de 2018 a las 17:37
- Categoría: Amor
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: Edmundo Rodriguez
Comentarios1
Querido Amigo Antonio,
Que grato ha sido leerte.
Un gran abrazo
Gracias mil estimado amigo Edmundo, , un afectuoso abrazo desde mi Lima ciudad capital del Perú.
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