Se hace tarde en la sombra del viento
el grito del día perturba lo nocturno,
por encima del sueño prevalece la vigilia
de aquellos héroes fallecidos en Malvinas.
No espero una silueta coronada de fuego
ni la acre sensibilidad que deforma los sentidos.
Otrora deambuló la clepsidra dormida
rompiendo vínculos de silencios prudentes.
Bulevares de besos en esta Nación de ensueños.
Hay sigilo en los prados mortecinos
pero la gloria de la Patria ha recuperado lo perdido,
como el descanso de Morfeo estuvimos adormecidos
hasta que los cerezos albos del oriente nos enseñaron el lenguaje del cáñamo.
Bebimos con sed de llanto, las almas sangradas colmaron los huecos
donde los arsenales graznaban negros silbidos.
Superamos el estruendo de los cartuchos,
cargamos en la mirada la visión del asesino
y en exponencial crecimiento se erigió un Panteístico museo.
Nada espera el pueblo Argentino sino el brote de laureles eternos.
Así se canta el himno con fervor pasionario bajo sombras clandestinas,
límpida nuestra bandera que a su sino
en la senda opaca hallamos la luminosidad silente de secuestros umbrosos.
Guardados en la memoria lecciones de pasos confundidos.
Aquí despiertan las auroras y se dilatan los crepúsculos.
En paz quiere vivir mi tierra con sus plantíos
no una danza rápida de alquimistas diminutos.
De LLUEVE EL VIENTO EN LOS TEJADOS- Publicado en julio 2019 - Ed. PALIBROS - N.YORK - EEUU
Hecho el Depósito según la ley 11-723- registro de autores.
- Autor: RICARDO ALVAREZ ( Offline)
- Publicado: 30 de noviembre de 2018 a las 11:48
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 13
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.