Colgados del sentimiento,
celos y amor sobreviven.
Viven frágiles momentos,
Y habitan cual duendes ciegos,
variopintos pensamientos,
que hacen más fuerte el latido.
Galopa el pulso en las venas,
como corceles sin rumbo.
Pretende llegar a tiempo,
para alcanzar los placeres.
Y en su galope sin freno,
tropiezan y se levantan,
en su latir los deseos.
Procelosas emociones,
que sin querer van surgiendo.
Como géíseres naciendo,
del fondo de los infiernos.
Como lava consumiendo,
las rocas que va encontrando.
Ardientes como fogatas,
restallando a cielo abierto.
Detrás del sutil cerebro.
Agazapado en la sombra,
sin prisa espera el recuerdo.
Para saltar como un muelle,
cuando lo requiera el tiempo.
Y a dentelladas devora,
el presente sin recelo.
O lo hace más llevadero.
Vuelven dulces añoranzas,
como soplos de aire freso.
Edulcorando los días,
cuando el presente es incierto.
Sutiles complicidades.
Miradas como braseros.
Entre los sublimes gestos,
que iluminan los secretos.
Así los ojos se achican,
o se agrandan cual luceros.
Un creciente magnetismo,
que anula su propio verbo.
Una corriente que arrastra,
hasta el más tímido beso.
Sublimando las sonrisas,
hechas de flores de almendro.
La voz se ha quedado ahogada,
por tan sublime momento.
El aire a frambuesa sabe,
y huele a pan recién hecho.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
Comentarios2
La voz se ha quedado ahogada,
por tan sublime momento.
El aire a frambuesa sabe,
y huele a pan recién hecho.
A.L.
Excelente !
Aplausos.
Un abrazo y gracias.
Muchas gracias, Lualpri
Un abrazo
A ti.
Gracias a tod@s
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