Y entonces las cicatrices, nos susuran dulcemente que somos más fuertes, más irreverentes...
Llenos de una fuerza merecida, ganada donde nos llenamos de ganas de seguir viviendo sin temor a nada...
Y entonces las cicatrices, ya no duelen solo sanan, momentos, amor y perdonan la vida, nos perdona la vida, y de repente somos más sabios más calmados...
Y entonces las cicatrices, desaparecen y se convierten en piel, y simplemente son vida, hacen vida un poco más consciente...
Sin pensarlo están siempre en nosotros susurrando dulcemente, que el dolor se transformó en aprendizaje para hacernos mejor.
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