(soneto)
Ha tiempo que te espero; pasa, Muerte;
dejé la puerta sin echarle llave,
pues me hallo débil, aunque de alma fuerte;
mi bienvenida a tu patente “¡Ave!”.
Estoy tranquilo como roca inerte
y no me espanta ver tu rostro grave,
pues ¿quién vitó la meta de su suerte,
al ser la vida, de tu reino enclave?
Invicta Parca de semblante serio
y de vacía y lóbrega mirada,
detrás de tu figura descarnada
iré cual sombra, ¡guíame a tu imperio!,
más tácito que sordo cementerio;
¡regrésame al abismo de la nada*!
*La nada es para quien muere. El eterno Cosmos se queda, con todo y su devenir, probablemente, operando en él una ley universal o cósmica que da como resultado los ciclos de la vida y de la muerte en todas las galaxias.
- Autor: Alek Hine ( Offline)
- Publicado: 15 de diciembre de 2018 a las 00:26
- Comentario del autor sobre el poema: Todo tiene su hora.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: Diego Nicolás García Contreras, Ana Maria Germanas
Comentarios2
Ale tu versar toca siempre, y con muchisima profundidad, las cuerdas mas sensibles...me agrada muchisimo.-
Aqui un poema de muy fuerte connotacion, ante esta presencia , que sobrevendra ineludiblemente.-
Un abrazo.-
Agradecido por el tiempo que me regalas con tu lectura, Ana María. No se diga más. Un abrazo.
Muy bueno. Me ha recordado a mi soneto del moribundo y la muerte, que publiqué en esta web el 25 de marzo de 2014. Cordiales saludos, maestro.
Gracias, Lud. No conozco ese soneto que refieres. Procuraré hacer un espacio para buscarlo y darle lectura. Saludos.
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