Que pena que sus mejillas ya no se ruborizan cuando le dicen lo bonita que es, que pena que ya no ría, ni se ponga feliz cuando le hablan de amor. Como si hubiese elegido ser así, pero no, ella no eligió ser así, de tantas mentiras y decepciones fue mas fácil acostumbrarse a la idea de que ya nada es sincero.
Autor: Gomez yair
- Autor: El Yao جاير (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de diciembre de 2018 a las 03:57
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 24
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