¿Qué poder tienes sobre mí?
no puedo olvidar tus ojos,
ni tu bella y blanca sonrisa,
¡Ay! Dentro llevo tanto de ti,
sólo quedan recuerdos y abrojos
un cielo gris permanente llovizna;
mi guitarra entona tristeza
cada nota es un tajo, hiere,
puñal dorado que desgarra
¡Sí! Pedazo a pedazo mi alma
y ante tal devastación sucumbe
a los delirios de la melancolía;
entonces tu figura como un
fantasma en la espesa niebla
transfigura la oscura noche,
me llamas con una voz muerta
que traspasa el umbral de mi demencia,
pasión voluptuosa se vuelve insana.
Ante tal asedio busco refugio
en hojas amarillas, mis bocetos,
donde guardé para ti serventesios
aquellos versos que fueron sinceros,
envueltos mis llantos, sueños, mis besos.
Busco entre los luceros un consuelo
en su blanco manto divino estelar,
que me permita mi llanto desahogar
la cascada clara de la inmensidad,
con el paso de aquel cometa fugaz
perderme en los brazos de la eternidad.
Lentamente el alba, comienza a clarear,
oscuras sombras huyendo van,
el dulce tono del gorrión al cantar
a mi realidad me lleva ya
en mi almohada yo pude encontrar
lágrima de sal, un llanto de mar.
- Autor: Escritor Nocturno (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de diciembre de 2018 a las 12:55
- Comentario del autor sobre el poema: Presente estás en mi insomnio
- Categoría: Triste
- Lecturas: 46
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