Las palabras en mi no terminan,
ni la lluvia duerme en mi pecho;
hay torrenciales imágenes de Hefesto ,
que son sopor turbio en mi mente.
Existen letras en mi alrededor amorfas,
que como loco me hablan y no entiendo,
soy un cobarde viviendo de sueños,
suspirando deseos y comiendo mi atrofia.
¿Estoy vivo aún con mi alma negra?
Dios me ha matado sin manos,
Y ha suspirado de mi la esencia,
Soy acrónico, incoloro y desvaneciente.
Infalible e inefable mi sentir aún,
las cortinas de mi corazón se cierran,
y las esperanzas arden pero no iluminan,
cae agua en mi ser sin petricor.
Desahuciado a mi error de soledad,
no puedo equivocarme de mi espejismo,
se ante todo que nutriré la tierra,
muerto y putrefacto antes de ser amado.
- Autor: Isaac Imos (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de diciembre de 2018 a las 01:55
- Categoría: Gótico
- Lecturas: 69
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Comentarios1
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