Hay una niña que cada tarde, toca con su varita mi corazón
Dejándolo a la intemperie, indefenso ante sus travesuras
Su rostro es Sol luminoso, rayos chispeantes de sonrisas y locuras
Hay una niña que cada tarde, transforma mis cansancios en juegos e historias
Asomando su mirada entre puertas y escondrijos,
Sin discernir que, en sus ojos, carga la luz de mi universo
Hay una niña que da pasos gigantes en la vida
Dejando atrás un camino de juegos y alegrías
Hoy mis viejos zapatos se sienten inútiles
Y vuelvo descalzo al camino de mi niña
Su rostro es Sol, sus manos alegría
Sus sueños son los míos
Su camino mi esperanza.
- Autor: Jose Barrientos (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de diciembre de 2018 a las 10:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 31
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