Sendero al Cerro del Tepeyac
Virgencita bella, que tú presencia,
Fue en un Cerro de escasos flores,
Que Juan Diego te vio un día,
Se acerco para encontrarte.
La virgencita, pocas horas del milagro,
Pide a Juan Diego, a que corte rosas,
En la punta del cerro, recolecto rosas,
Mismas rosas que fueron bendecidas por ella.
Transcurre el tiempo, y en el cerro
Crecieron árboles y arbustos,
Abundaban las flores,
Se escucharon los cantos de pájaros.
Entre piedras y rocas,
El camino se formaba,
Que área tan respetada,
Por los que la visitan.
Muchos peregrinos llegan,
Por escalar el cerro,
Se ven los penitentes arrodillados,
Para llegar a la cima.
Caminemos al sendero guadalupano,
Para ver a la Virgen de todos los americanos,
Entremos a la capilla, para orar,
Para estar en contacto con la Virgen María.
Juventino Pérez
- Autor: Juventino Pérez ( Offline)
- Publicado: 13 de diciembre de 2018 a las 01:30
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 74
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, María C.
Comentarios2
Un placer visitar tu portal y tus bellas letras estimado Juventino
Saludos de amistad
El Hombre de la Rosa
Muchas gracias amigo poeta.
Éxitos y bendiciones
Hermoso sendero guadalupano,me has hecho visualizar!!
Bendiciones poeta.
Muchas gracias poeta. Las letras son nuestras guías para visualizar y de recrear el lugar. Abrazos y bendiciones
Que te vaya bien, y hasta el año que viene Juventino!!
Un doble abrazo.
Gracias poeta querida. Abrazos y bendiciones a usted y familia
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