Surge cavilosa
de las tierras fértiles
de las sensaciones,
eternizando cada instante,
venciendo los vacíos
vistiéndolos con luz
de luna.
Eco vibrante
que se escapa
por la mirada
al horizonte cósmico.
Destrozando la red
de silencio
que abate
a las almas desesperadas
dentro de los cuerpos.
Almas que se convertirían
en piedra,
pero que terminan
por ser ellas,
sean como sean.
Terminan por ser ellas,
como la presa
que escapa
de las fauces
de su depredador,
para morir
en cualquier otro sitio,
menos en su presencia.
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