Cuando yo no existía,
no tenía el mandamiento que me condenaría,
era libre para ser el todo que conocía,
porque siempre era, y nada me lo impedía.
Cuando yo no existía,
no sabía de tristeza, ni de alegría,
no sabía que era noche, que era día,
no había depresión, ni algarabía.
Cuando yo no existía,
no había alguien despierto o que dormía,
alguien que estaba, y al rato desaparecía,
era una nada...una nada, nada vacía.
Eso era cuando yo no existía.
Pero al comenzar a existir, ¡aquí vendría!
¡Toda esta vida mía!
y la libertad, tras el velo se perdería.
Cuando yo no existía,
no reparé en que me iría,
y que por apego sufriría,
y que de donde me fuí, ¡allí volvería!
Y un perdón, a la Fuente de mi nacer, pediría.
Pero caería en cuenta de lo vano que sería,
porque al fin y al cabo, nadie me escucharía,
¡Pues volvería a ser el que no...!...existía.
- Autor: antoninomilla ( Offline)
- Publicado: 18 de diciembre de 2018 a las 21:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 86
- Usuarios favoritos de este poema: Dreamss
Comentarios3
sin saber nada
Pero que tal ahora que existes.
bambam
Hermoso
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