La tibia sensación de una palabra
escrita sobre un papel tan fino,
resalta la mirada de mi mundo,
sabiendo que no existe ya el destino.
Que todo ha sido armado de antemano,
por Él, que es el único genuino,
me seca mis lágrimas de barro,
y consuela el final de mi camino.
El amor se resalta de amarillo,
y puedo imaginar aquel momento,
tus lágrimas cayendo entre las letras,
y el cantar de los cantares reviviendo.
Las páginas se pasan una a una,
el tiempo, en cambio, ya termina.
El amor se pinta de amarillo,
y resalta los errores de mi vida.
No importa los colores con que trate.
No importa las veces que lo intente.
El dolor se pinta de amarillo,
y el recuerdo es indeleble y permanente.
Te amo, y ¿no sé si te lo dije?
Te amo, y no hay nada que lo cambie.
Dos trazos en un libro de mil hojas,
tu tesoro que no pudo borrar nadie.
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